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Esta afecta a un porcentaje pequeño de niños, pero cuando existe es mejor resolverlo en la infancia por razones técnicas, psicológicas y de seguridad.
Es cuando tu hijo tiene la piel de su pene, llamado prepucio, lo suficientemente cerrada y no permite la salida de la cabeza del pene, llamado glande, en forma amplia, sin molestias o dolor, tanto en reposo como durante una erección.
Aunque es una intervención que no es urgente, existen ciertas recomendaciones dadas por la Sociedad de Cirugía Infantil de Chile y la Sociedad de Urología Europea que son muy atendibles.
Se recomienda desde los 2 a 4 años, porque a diferencia de E.E.U.U., donde lo operan generalmente en período de recién nacido, en Chile se operan solo aquellos que lo necesitan, y en ese período ya se puede hacer una aproximación de si necesitará una intervención o no, pero se tiende a esperar más hacia los 4 años a menos que se tengan condiciones especiales.
Las razón más frecuente para adelantar una intervención de este tipo son las infecciones ya sea del pene o de orina, sin embargo cada caso se debe evaluar en forma individual para tomar una decisión correcta.
No, este tipo de cirugías normalmente se van a sus casas dentro de mismo día, ya que su postoperatorio es bastante benigno y con las técnicas modernas no se requiere reposo en cama y normalmente no duele orinar, por lo que se recomienda dejarlos en casa para protegerlo de sus compañeros, haciendo una vida normal en su domicilio hasta el día del control, para luego regresar a su vida normal.
